viernes, 17 de abril de 2020

Reflexiones de hoy y un proyecto llamado Afrovaca

Fotografia y relato por Rosa 

En estos días de estar en casa, tienes mucho tiempo para pensar en todas las cosas que forman parte de tu vida, en la mía ocupa un espacio importante la participación en un proyecto llamado AFROVACA, en Burkina Faso, país de África Occidental.


En estos momentos no puedo evitar pensar como estarán viviendo este período tan excepcional. A pesar de que conocemos a la mayoría de las personas que componen la gran familia en la que nos hemos convertido, nuestro contacto es a través de los coordinadores locales, son estos, con los que nuestro coordinador mantiene conversaciones telefónicas.
 

Cuando le preguntamos a nuestro coordinador, nos dice que sabe que lo están pasando muy mal pero que no han solicitado nuestra ayuda y nos consta que esta es su forma de hacer.
Según covidvisualizer.com, a día de hoy, en Burkina se constatan 284 enfermos del COVID-19, 32 muertos y 226 curados. Es difícil pensar que las estadísticas coincidan con la realidad dado que pocas personas pueden acceder a la medicina. 

Quizás las estadísticas hablen más de test realizados que de datos reales. Supongo que las personas afectadas serán un número superior y la medida preventiva que han puesto es el confinamiento. 

El confinamiento es muy difícil de llevar a cabo por las características de muchas viviendas, sobre todo, en las ciudades, ya que suelen ser pequeñas y ocupadas por muchas personas, en ellas se suele hacer la vida en el patio comunitario o en la calle y solo se entra para dormir.

Gran parte de la economía de Burkina es de subsistencia del día a día, de la gente de la calle. No hay que olvidar que tiene minas de oro y otros minerales. Toda África parece un mercado en el que la mayoría de las personas venden, desde los puestos establecidos a la venta ambulante. Esto, ahora no se puede hacer, con lo que han dejado de tener los ingresos con los que pasaban ese día a día. Los que tienen empleos sencillos o realizan pequeños trabajos también se han quedado sin poder obtener ingresos. 

En general, los burkineses tienen mucha consciencia de familia y grupo, están acostumbrados a pasar por diferentes circunstancias muy adversas y saben lo que es superar las dificultades en comunidad. Dentro de la comunidad la más fuerte renuncia en favor del que más lo necesita. Actualmente debe ser más difícil la subsistencia en las ciudades que en el campo, por lo que muchas personas deben haber vuelto a su pueblo de origen en los que, con toda seguridad, serán recibidos.

En estos momentos ya debe haber escasez de alimentos. Estuve en Burkina en el año 2005 y había una gran sequía y proliferación de malaria. En aquellos momentos la medida de subsistencia que habían adoptado era ir reduciendo la comida, primero en cantidad y posteriormente en número de ingestas. Me consta que llego un momento que las mujeres y los niños comían una vez al día y los hombres una vez cada dos días.

Nuestros beneficiarios están poniendo en marcha sus recursos y saber hacer, son personas que están muy acostumbradas a convivir con las adversidades y tienen mucha resistencia. 

Actualmente no nos piden ayuda porque nunca lo han hecho. Solo en el año 2017, cuando hubo otra gran sequía y hambruna, nuestra asociación, viendo cómo se desarrollaban los acontecimientos, ofrecimos nuestra colaboración. 

Consultados los coordinadores, estos pensaron que la mejor opción era facilitar, en el mes de mayo, un saco de cereales por familia. Con esta aportación podrían tener alimentación para un mes y coger fuerza para poder trabajar en la época de la siembra.

Ahora estamos viendo cómo se desarrollan los acontecimientos, nos consta que lo deben estar pasando mal pero que están poniendo en marcha su saber hacer.
Nuestra cooperación siempre ha estado basada en la actuación de las agrupaciones locales, es por esto que una vez más estamos a la expectativa, si ellos lo consideraran imprescindible nos solicitarían nuestra ayuda y si nosotros vemos que se prolonga en el tiempo también la ofreceremos.
 
Lo que he explicitado está basado en lo que se, pienso y siento, pero soy muy consciente que mis aproximaciones a su realidad están sesgadas por mi manera de mirar.

 "Proyecto Afrovaca se lleva a cabo en Burkina Faso (África Occidental) y consiste en facilitar un buey o una vaca a una familia para que los utilicen como animal de labranza."

Es un proyecto de cooperación al desarrollo netamente endógeno. Las necesidades, las demandes, propuestas y proyectos, son enunciados desde el origen por sus protagonistas. En ningún caso son diseñados o preestablecidos desde la contraparte internacional. 


El Trabajo de base es estimulado y llevado a término por los coordinadores locales y otros responsables de las asociaciones o grupos del proyecto (proponen las familias receptoras, realizan los trámites necesarios para la compra de los animales, hacen seguimiento del estado del animal, su uso y cuidados, etc.) 

Los actores locales son el elemento activo responsable sobre el terreno. Trabajamos en sentido y lógica locales, aspecto clave para una intervención sostenible, duradera y eficaz en el marco de la cooperación al desarrollo. 

Es un proyecto muy pensado para la gente y sus dificultades. Quien obtiene una vaca o un buey deja de pertenecer a la categoría de los pobres: una nueva perspectiva de crecimiento y mejora se abre para las familias y sus entornos de gran familia y vecindario.

En Burkina la principal manera de cultivar el cereal es la fuerza humana (labran la tierra a mano), a partir de grandes familias capaces de labrar y producir el alimento necesario para sobrevivir. En lo que llevamos de siglo se han sucedido diversas sequías de gran magnitud (en 2005, 2012 y 2017).

Una de las propuestas para mejorar estas condiciones de vida es la mecanización del campo con animales de tiro. Las capacidades de la sociedad africana para organizarse grupalmente, para compartir y ser comunidad, han sido básicas para emprender este proyecto. Aspecto que consideramos se ha de favorecer convenientemente, integrando al máximo de beneficiarios y asociados en la organización y toma de decisiones. El futuro del proyecto y la preservación de todo el patrimonio conseguido entre todos dependen de desarrollar las estrategias oportunas para el empoderamiento local.
El proyecto promueve el uso de animales de tiro para favorecer una agricultura sostenible y a la vez más rédito para los campesinos africanos. Permite incrementos de las cosechas entre un 30 y un 65%, favoreciendo la producción de excedentes y su comercialización, así como una mejora substancial de la alimentación y nutrición de las familias.

Otros usos y beneficios de los animales son la producción de adobos orgánicos, transporte, y en algunos casos reproducción, cría, leche...

El proyecto inicio su actividad en 2003. Durante este período se han otorgado cerca de 300 bueyes y vacas, que han supuesto una mejora cualitativa de las condiciones de trabajo, económicas, y de la vida de las poblaciones con las que se trabaja.

Estos anímales se otorgan en concesión durante los primeros cinco años y pasado este período pasan a ser propiedad del beneficiario una vez demostradas  su competencia y responsabilidad hacia el animal concedido.

Microcréditos: Acompañando el proyecto de la entrega de animales, en el año 2006 se pusieron en marcha tres Bancos Solidarios gestionados por grupos de mujeres de las comunidades Afrovaca.

Estos bancos otorgan principalmente a mujeres y grupos de mujeres microcréditos.  Estos pequeños créditos estimulan la economía doméstica que sustentan las mujeres en todos los hogares. (A modo de ejemplo: pueden comprar 3 kilos de arroz y venderlo en paquetes de 200 gramos, comprar ingredientes y hacer galletas para vender; además de realizar, solas o en grupo, pequeñas piezas de artesanía.) Los beneficios obtenidos por las mujeres mejoran las condiciones alimentarias y nutricionales, de higiene, atuendo y escolarización sus familias.

El año 2017 se han beneficiado de estos microcréditos alrededor de 200 mujeres. Los intereses, realmente bajos, permiten crear cajas de solidaridad y cubrir eventuales gastos.
No hay ninguna persona asalariada. El Trabajo se hace en grupo, de manera colegiada. Eso sí, cada banco tiene dos principales responsables: secretaria y tesorera.

Anualmente se incrementa cada banco con un importe entre 300 y 400 € que benefician directamente a unas 15 o 20 labradoras por año. La rentabilidad es variable, pero es una ayuda, una inyección de moral y sobre todo la posibilidad de hacer grupo con el resto de mujeres, de empoderamiento de la mujer africana en su medio.

Si yo tuviera una vaca from Boogaloo Films on Vimeo.

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho el escrito. Nos encerramos en nuestro ombligo de bienestar y vivimos en el mismo planeta. Un miedo, una preocupación es distinta dependiendo de la perspectiva. Agradecido de esta lectura que nos muestra lo que sucede fuera de nuestra burbuja. Gracias!

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